domingo, 8 de junio de 2014

EL SISTEMA YOGA por Swami Krishnananda - part 1

PRESUPUESTOS PSICOLÓGICOS 

Para comenzar es necesario aclarar ciertas ideas falsas en relación con el Yoga que prevalecen especialmente entre algunos sectores de Occidente. El Yoga no es magia ni hazaña de ninguna clase, física ni mental. El Yoga está basado en una sana filosofía y una profunda psicología. Es un proceso educacional por medio del cual la mente humana se entrena para volverse más y más natural y a alejarse de las innaturales condiciones de vida. El Yoga tiene un particular interés en la psicología y, como un estudio del Yo, trasciende tanto la psicología general como la anormal y lo conduce a uno a un nivel de vida súper normal. En Yoga nos estudiamos a nosotros mismos, mientras que en las escuelas nos piden estudiar objetos. En el sistema yoga no se requiere el estudio de cosas, sino el estudio de la estructura misma del estudiante, porque lo conocido no es totalmente independiente de quien conoce.

¿Cómo conocemos las cosas? Hay un proceso misterioso por el cual llegamos a conocer el mundo, y la vida es una actividad del tal conocimiento. Un estudio de la mente es un estudio de sus relaciones con las cosas. La instrucción ‘Conócete a ti mismo’, implica que cuando nos conocemos, conocemos todas las cosas relacionadas con nosotros mismos, es decir, conocemos el universo. En este estudio debemos preceder siempre de lo inferior a lo superior, sin apuros y sin incitar las emociones.

El mundo es la primera experiencia de que somos conscientes. Hay ciertos procesos que se llevan a cabo en la mente, por medio de los cuales llegamos a conocer la existencia del mundo. Hay sensaciones, percepciones y cogniciones que caen bajo lo que se conoce como ‘percepción directa’ o ‘conocimiento directo’ (pratyaksha) a través de las cuales el mundo se conoce, se evalúa y se juzga, con el propósito de establecer relaciones. Estas relaciones constituyen nuestra vida social.

La estimulación de los sentidos ocurre por la vibración que procede de un objeto exterior. Se da en dos formas: (1) Por la presencia misma del objeto y, (2) por los rayos de luz, el sonido, etc., que emanan del objeto y que afectan la retina de los ojos, el tímpano de los oídos, o los otros sentidos.
Tenemos cinco sentidos de conocimiento y a través de ellos recibimos toda la información relacionada con el mundo. Si los cinco sentidos no actuaran, no podríamos saber en absoluto que hay un mundo. Por esta razón vivimos en un mundo sensible. Nos volvemos activos cuando la estimulación sensorial es producida por vibraciones recibidas de fuera. La actividad sensorial estimula la mente a través del sistema nervioso, el cual conecta los sentidos con la mente por medio del prana o energía vital. Podemos comparar estos nervios con cables eléctricos, a través de los cuales fluye el prana. Los pranas no son los nervios, así como la electricidad no son los cables. El prana es una vibración interna que conecta los sentidos con la mente. Las sensaciones, por lo tanto, hacen a la mente activa, y la mente comienza a sentir que hay algo afuera. Esto puede llamarse percepción indeterminada, donde la mente tiene una conciencia del objeto, pero sin ninguna característica especial. Cuando la percepción deviene más clara, se convierte en percepción determinada. Esta percepción mental normalmente se llama cognición.

Más allá de la mente hay otra facultad mental llamada intelecto. Éste juzga si una cosa es buena o mala, necesaria o innecesaria, de esta o aquella clase, etc. Decide sobre el valor de un objeto, si este juicio es positivo o negativo, moral, estético o religioso. Uno evalúa su situación en relación con el objeto. Algunos psicólogos sostienen que la mente es un instrumento en las manos del intelecto. Manas es la palabra Sánscrita para mente, la cual se considera como el karana o instrumento, mientras que buddhi es la palabra Sánscrita para intelecto, el cual es el karata o hacedor. El intelecto juzga lo que conoce la mente y decide la naturaleza de la acción que, dadas las circunstancias, debe seguirse respecto del objeto.

El intelecto está asociado con otro concepto interior llamado ahamkara o ego. ‘Aham’ significa ‘Yo’, y ‘kara’ es aquello que manifiesta, revela o afirma. Hay algo en nosotros que afirma ‘Yo soy’. Esta afirmación es ego. No es necesaria la lógica para probar el ego, porque no probamos nuestra propia existencia. Esta es una afirmación que no requiere evidencia puesto que toda lógica procede de ella. El ego es inseparable de la intelección individual, como el fuego de su calor. El intelecto y el ego existen inextricablemente, y la intelección humana es la función del ego humano. Las funciones del ego son de diferentes tipos, y estas funciones forman la materia de la psicología.

Hay ciertas maneras en las cuales los instrumentos psicológicos comienzan a funcionar en relación con los objetos. El ego, el intelecto y la mente, desempeñan las funciones de señalar, entender y pensar los objetos. También existe un cuarto elemento llamado chitta, el cual no es fácilmente traducible. Se considera generalmente como su equivalente el término ‘subconsciencia’. Aquello que está en la base de la mente consciente y que retiene la memoria, etc., es chitta o la mente subconsciente. Sin embargo, la chitta en psicología yoga incluye también lo que se conoce como el inconsciente en psicoanálisis. Todo este aparato funcional tomado en conjunto es la psique o antahkarana, el instrumento interno. El organo interno funciona de varias formas y el yoga está interasado en un completo estudio de estas funciones, porque los métodos del yoga finalmente tienen el propósito de dar un paso serio con relación a todas esas funciones psíquicas.

Ahora, ¿cómo funciona el órgano interno? La psique produce cinco reacciones respecto del mundo exterior, algunas de ellas positivas, otras negativas. Esos son los temas de la psicología general.
Hay cinco modos en los cuales el antahkarana se presenta en el desarrollo de sus funciones en la vida normal. Estos modos se llaman pramana, viparyaya, vikalpa, nidra y smriti.

Pramana o conocimiento correcto, es conciencia de las cosas tal como son. Es la principal materia de los estudios de lógica. Percepción, inferencia y testimonio verbal son las tres primeras formas de conocimiento correcto. Algunos agregan la comparación, la presunción y la no aprehensión, a las vías usuales del conocimiento correcto. ¿Cómo sabemos que un objeto está frente de nosotros? Adquirimos ese conocimiento a través del contacto sensorial directo. Esto es percepción.
Cuando vemos aguas fangosas en un río, suponemos que debe haber habido lluvias arriba en las montañas. Este conocimiento lo logramos por inferencia. Las palabras de otros, en quienes confiamos, también nos comunican conocimiento verdadero, como por ejemplo, cuando creemos que hay un elefante en las cercanías de la ciudad, al escucharlo de un amigo confiable, aunque nosotros no lo hayamos visto realmente. Todos estos métodos juntos forman lo que se llama pramana o prueba directa de conocimiento confiable.

Viparyaya es percepción incorrecta, creer equivocadamente una cosa por otra, como cuando en el
crepúsculo vemos una cuerda larga, y generalmente la tomamos por una serpiente, o creer que una vara recta, sumergida en el agua, es curva. Cuando percibimos cualquier cosa que no corresponde con los hechos, la mente está en el modo de entendimiento erróneo.

Vikalpa es duda. Cuando, por ejemplo, no tenemos certeza de si una cosa que estamos viendo es una persona o un poste, de si algo se mueve o no, no siendo clara la percepción, o cuando estamos en cualquier estado dudoso de pensamiento, se dice que estamos en vikalpa.

Nidra es dormir, la cual puede considerarse una condición negativa, una extracción de la mente de toda
actividad. No obstante, dormir es una condición psicológica, porque aunque no está conectada positivamente con los objetos del mundo, representa una latencia de las impresiones, así como de las posibilidades del pensamiento objetivo. Nidra es el sueño de antahkarana.

Smriti es memoria, el recuerdo de eventos pasados. La retención en la conciencia de las impresiones de experiencias sufridas previamente.

Todas las funciones del órgano interno pueden ubicarse bajo uno u otro de éstos procesos, y materia de la psicología general, es una elaboración de estas formas humanas de pensamiento, entendimiento, voluntad o sentimiento. Sin embargo, esto no significa que tengamos solo cinco clases de pensamiento, sino que todos los cientos de pensamientos de la mente se pueden reducir a estos cinco grupos de función.

El sistema yoga hace un estudio minucioso de esa estructura interna del hombre, y la proyecta en su relación con el universo.

 Krishnananda junto a Sivananda


PROPÓSITO DEL ANÁLISIS OBJETIVO 

Así como todos los pensamientos pueden reducirse a cinco tipos de función interna, todos los objetos pueden reducirse a cinco bhutas o elementos. Los cinco grandes elementos se llaman panchamahabhutas, y son: (1) Eter (akasa), (2) Aire (vayu), (3) Fuego (agni), (4) Agua (apas) y (5) Tierra (prithivi). La sutilidad de estos elementos está en orden ascendente, siendo el posterior más denso que el anterior. Igualmente, el elemento precedente es causa del siguiente, de tal manera que puede considerarse que el Eter contiene todas las cosas en forma inmanifestada. Los elementos constituyen todo el universo físico. Son los reales objetos de los sentidos, y toda la variedad que vemos se compone de formas de estos objetos de los sentidos.

Nuestras sensaciones son los cinco objetos. Sentimos a través de los indriyas u órganos de los sentidos. Con el sentido del oído nos ponemos en contacto con el Éter y escuchamos el sonido, el cual es una reverberación producida por el Éter. Palpar es una propiedad del Aire, la cual conocemos por el sentido del tacto. Con el sentido de los ojos contactamos la luz, la cual es la propiedad del Fuego.
Con el paladar saboreamos, lo cual es la propiedad del Agua.
Con la nariz olemos, lo cual es propiedad de la Tierra.
Ahí está el vasto universo y lo conocemos con nuestros sentidos. Vivimos en un mundo de objetos quíntuples. Los sentidos son incapaces de conocer nada más que esos elementos. El órgano interno, informado e influido por estos objetos, trata con ellos de ciertas maneras, y ésta es la vida.

Mientras que nuestras reacciones psicológicas constituyen nuestra vida personal, el ajuste que hacemos con otras personas es nuestra vida social. El Yoga trata principalmente con la vida personal del hombre en relación con el universo, y no con la vida social, puesto que en el ambiente social, la personalidad real, por rareza se revela. El Yoga es esencialmente un estudio de sí mismo por uno mismo, lo cual inicialmente parece un asunto individual, un proceso de auto investigación (atma-vichara), y auto realización (atma-satshatkara). Pero esta no es toda la verdad. El sí mismo que se proyecta aquí es una conciencia de integración gradual de la realidad que finalmente abarca toda experiencia y todo el universo en su ser.

Mientras que la psicología del yoga comprende las funciones del órgano interno, y la física del yoga trata sobre los cinco grandes objetos o mahabhutas, la filosofía del yoga trasciende ambas etapas de estudio. La metafísica del yoga sostiene que el cuerpo no es todo, y aún los cinco elementos no son todos. No vemos qué hay dentro del cuerpo, ni tampoco qué hay dentro del universo de cinco elementos. Se necesitaría un grupo diferente de sentidos para conocer estos grandes secretos. El yoga finalmente nos conduce a este punto. Cuando profundizamos en el cuerpo debemos confrontar sus raíces, así también en el caso de los objetos exteriores. Cuando comenzamos con esta aventura, empezamos a converger poco a poco en un solo centro, como los dos lados de un triángulo se unen en un solo punto. La así llamada amplia base del mundo en el cual nos movemos, no nos revela la verdad de nosotros ni de los objetos. En este punto de convergencia de nosotros mismos con las cosas, no necesitamos mirar los objetos, y no son necesarios los sentidos, porque en esta experiencia no hay nosotros ni hay objetos. Hay solamente una Realidad, donde el objeto universal y el sujeto universal se convierten en existencia unitaria. Tampoco es una experiencia de un sujeto ni de un objeto, sino que se revela de una vez el conocimiento de todo el cosmos, no a través de los sentidos, la mente o el intelecto –porque no hay objetos-, solamente hay ser que es conciencia. Por lo tanto el yoga es espiritual, súper-físico o súper-material, porque la materialidad se pierde en esta realización, y la consciencia reina suprema. Ese es el más elevado objeto del yoga, donde el individuo y el universo no están aparte como dos entidades, sino que se unen en fraternal abrazo. El propósito de la forma de análisis del yoga, es una superación de las limitaciones tanto de la subjetividad como de la objetividad, y una unión de lo más profundo que hay en nosotros con lo más profundo que hay en el cosmos.

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