martes, 28 de julio de 2015

EL PROPÓSITO DE LA DISCIPLINA por Swami Niranjanananda

Disciplina es la palabra que menos se entiende en el mundo. El propósito de la disciplina es simplemente poder guiar las expresiones de la mente. Sabemos cómo funciona la mente, sabemos que fácilmente se distrae, que está sujeta a gustos y disgustos, que tiene fuertes ideas, emociones, convicciones y creencias. Sabemos que está sujeta a los gunas - sattwa, rajas y tamas, y que cuando la mente está influenciada solamente por su propio comportamiento, funciona de una manera muy errática, sin claridad.

El rol que desempeña la disciplina es condicionar la mente para que esté conectada con la positividad y la creatividad. Normalmente deseamos volvernos positivos y creativos, pero nuestro condicionamiento mental no lo permite. Hay demasiadas distracciones, hay una lucha permanente con sigo mismo. Disciplinarnos a nosotros mismos significa hacer la escogencia de estimular y apoyar nuestra naturaleza interna pacífica, y no la naturaleza codiciosa y adquisitiva que habitualmente tenemos en las interacciones.

La disciplina se puede definir como la capacidad de observar y tranquilizar la mente. Para ser más sensibles, poder percibir nuestro comportamiento mental y darnos cuenta de la naturaleza de la mente, inicialmente tenemos que seguir disciplinas impuestas desde el exterior. ¿Por qué? Porque con el tiempo estas disciplinas crean en nuestra personalidad un ambiente propicio. 
 
 Swami Niranjan
 
Mouna es una disciplina habitual en la vida del ashram. Su significado es muy sencillo, silencio, y al principio es muy difícil de practicar. Mientras que la mente no practique mouna, mientras que no cese de parlotear, nos veremos obligados a conversar también entre nosotros. Pero cuando la mente se relaja y tranquiliza, entonces mouna se vuelve natural, fácil y espontáneo, y comenzamos a observar la naturaleza inquieta de la mente desde la calma de nuestro interior. Ese es un ejemplo de cómo una condición externa impuesta, puede ayudar a mejorar la calidad de nuestra auto-percepción y entendimiento para que podamos manejar la mente.

De nosotros depende seguir determinada disciplina, definir si nos ayuda o interfiere y si nos permite progresar en el camino. Pero el propósito de toda disciplina es hacer que nos demos cuenta de la naturaleza, las actitudes y el comportamiento de la mente. El estado normal de comportamiento es estar sujeto a las influencias de la mente, pero cuando somos capaces de dirigir la mente de acuerdo a nuestros deseos y elecciones, esto se conoce como disciplina, y nos lleva a las disciplinas sutiles del yoga.

A lo largo de nuestra vida hacemos lo que nuestra mente ordena de acuerdo a gustos y disgustos, sabiduría o ignorancia, madurez o inmadurez. Pero simplemente seguir la naturaleza de la mente lleva a la distracción y la disipación. Sin embargo, quienes que han sido capaces de controlar y guiar la mente afirman que la disciplina es importante para recuperar la paz y la satisfacción interior y expresar la creatividad y la sabiduría.

Desde esta perspectiva, la disciplina simplemente representa el manejo de la mente. En los Yoga Sutras de Patanjali, el primer sutra es Atha yogah anushasanam, que significa "Ahora, las disciplinas sutiles del yoga." Este sutra da la dirección en que se mueve el yoga para proporcionar la habilidad de observar y dirigir la mente con sabiduría, conocimiento y comprensión. Finalmente, la disciplina es una expresión de las emociones y actitudes armonizadas en una personalidad equilibrada.

Con el fin de crear esta condición debemos empezar por regular el estilo de vida y el comportamiento mental. Tenemos que entender lo que es apropiado o inapropiado para nuestro desarrollo y crecimiento en el medio en el que vivimos. Así podremos mejorar las expresiones de nuestra personalidad, nuestras interacciones y comportamientos.
 

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