martes, 21 de julio de 2015

LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PRÁCTICA DE YOGA part 1 - T.K.V. Desikachar

¿Cómo podemos realizar las cualidades de sthira y sukha - la firme actitud alerta y la ligereza y comodidad del ser - necesarias para una buena práctica del yoga? El Yoga Sūtra hace referencia a una imagen maravillosa de la mitología hindú para ilustrar el concepto de sthirasukha. La historia habla de Ananta, el rey de las serpientes, que flotaba en el océano y cuyo largo cuerpo de serpiente, se enrollaba para formar un colchón confortable en el cual el dios Viṣṇu descansaba. La serpiente de mil cabezas se alargaba y extendía como una sombrilla protectora sobre Viṣṇu. Sobre la sombrilla descansa nuestro mundo.

El cuerpo de la serpiente es suave y cómodo (sukha) para servir de colchón a un dios y al mismo tiempo es firme y seguro (sthira) para soportar a todo la tierra. Debemos esforzarnos para llevar esas cualidades de amabilidad y firmeza a nuestra práctica de āsanas , todo esto, mientras nos aseguramos que poco a poco ejercemos menos esfuerzo al perfeccionarlos.

Para lograr sthira y sukha, nuestra práctica del yoga tiene que ser prudente y bien estructurada. De la misma manera que existe un punto de partida para todo lo que hacemos en la vida, también lo hay cuando practicamos āsanas . El punto de partida para esta práctica es la condición en la que se encuentra todo nuestro ser en ese preciso momento. De esta manera, nos ayuda a conocer lo más posible toda nuestra constitución, para que podamos avanzar paso a paso, desarrollando la práctica de acuerdo a nuestras habilidades.

Realizar la práctica del yoga siguiendo los conceptos expresados en el Yoga Sūtra se le conoce como vinyāsa krama. Krama es el paso, nyāsa significa “colocar” y el prefijo vi se traduce como “de una manera especial.” El concepto de vinyāsa krama nos dice que no es suficiente realizar sólo un paso, sino que ese paso necesita llevarnos en la dirección correcta y que se haga de la manera correcta.

Por lo tanto, vinyāsa krama describe un recorrido correctamente organizado de la práctica del yoga. Es un concepto fundamental en el yoga y se refiere a la construcción de un recorrido gradual e inteligente para nuestra práctica, y es fundamental usarlo sin importar que nos estemos enfrentando a una práctica de āsana, prāṇāyāmao algún otro aspecto del yoga. Empezamos nuestra práctica donde estamos y buscamos cierta meta. Luego escogemos los pasos que nos guiarán para alcanzar esa meta, y que poco a poco, nos devolverán a nuestra vida cotidiana. Pero nuestra práctica diaria no nos regresará al mismo lugar donde empezamos. La práctica nos ha cambiado.

Vamana, un famoso yogui de la antigüedad, es quien dijo que no se puede llegar a dominar los āsanas del yoga sin vinyāsa. El concepto de viṅyāsa krama es útil como una guía para llevar a cabo, no sólo nuestra práctica del yoga, sino también todas las tareas de nuestra vida cotidiana.

Para poder realizar las cualidades de sthira y sukha en su práctica de āsana, primero se deben entender los pasos necesarios para preparar su cuerpo, su respiración y su atención, los que están relacionados con el āsana que desea practicar. También debe tener en consideración un posible peligro, inmediato o a largo plazo, de problemas que surjan de la práctica de este āsana y, si es así, escoger las posturas necesarias para equilibrar la respiración y el cuerpo.
 
 
 
Contraposturas
 
El yoga nos enseña que cada acción tiene dos efectos, uno positivo y otro negativo. Por eso es importante poner atención en nuestras acciones; debemos ser capaces de reconocer cuáles efectos son positivos y cuáles negativos para, entonces, poder resaltar los primeros y tratar de neutralizar los segundos. Al seguir este principio en nuestra práctica de āsana, usamos posturas para equilibrar los posibles efectos negativos de ciertos āsanas agotadores. A estas posturas de neutralización las llamamos contraposturas o pratikriyāsana.

Tomemos como ejemplo pararse de cabeza. Muchas personas dicen que no pasarían bien el día, si no practicaran śīrṣāsana, pararse de cabeza. Lo hacen por diez minutos, ya sea al despertarse o en la noche antes de acostarse y se sienten muy bien al practicarlo. No se preparan de ninguna manera para el āsana; sólo se paran de cabeza y detienen su práctica. Con frecuencia pasa mucho tiempo antes de que noten el efecto negativo que esconde esta postura. A pesar de que pararse de cabeza es bueno porque invierte los efectos normales de la gravedad en nuestro cuerpo, en esta postura, el cuello soporta todo el peso del cuerpo. Nuestro angosto cuello, que está diseñado sólo para sostener el peso de la cabeza, ahora tiene que soportar todo el cuerpo; en consecuencia, después de practicar pararse de cabeza, es muy importante compensar cualquier efecto negativo realizando un apropiado ejercicio de equilibrio. Si no lo hacemos, podremos sentirnos mareados, nuestro cuello tendrá una rigidez crónica con el tiempo o, lo peor de todo, la vértebra de esa área se puede deteriorar o desviar, haciendo que los nervios se opriman entre ellos, lo que provoca un insoportable dolor. Desdichadamente esto ocurre con mucha frecuencia a quienes no han estudiado el uso de las contraposturas, para equilibrar los efectos de pararse de cabeza.

Una y otra vez he visto claramente cuánto daño puede causar hacer un ejercicio de esta manera. Una práctica de āsana apropiada no es sólo cuestión de avanzar paso a paso hacia cierta meta, sino que también tenemos que regresar a una postura en la que podamos resumir, de manera confortable, nuestras actividades del día sin experimentar efectos dañinos.

Escribir sobre la necesidad de las contraposturas me recuerda una historia interesante. Tengo dos hermanos. Cuando éramos niños teníamos un cocotero muy alto en nuestro jardín. Mi hermano mayor nos decía, sin cesar, a mi otro hermano y a mí, que sabía cómo trepar a árboles tan altos como ese, así que lo retamos para que nos lo mostrara. Aún puedo recordar cómo nos burlábamos de él, cantando “¡Sube, sube!” Al final trepó al árbol. Subir fue relativamente fácil, pero cuando quiso bajar no supo cómo hacerlo sin caerse y como no había nadie cerca que lo pudiera ayudar, se tuvo que quedar pegado al árbol por un buen rato.

Eso pasa con nuestra práctica de āsana: no es suficiente subir al árbol, también debemos saber cómo bajar. Cuando nos paramos de cabeza, debemos tener la habilidad de regresar a una postura normal, sin ningún problema. Es importante balancear esta postura con una contrapostura, como por ejemplo, parase sobre los hombros (sarvāngāsana) para liberar la presión del cuello.

Para toda āsana hay varias contraposturas posibles, todo depende del lugar en donde se sienta la tensión. Cada vez que sentimos una tirantez excesiva en cualquier parte del cuerpo después de una postura, debemos de tratar de aliviarla con una contrapostura; esto es, el āsana más simple que libera la tensión. La contrapostura para una flexión enérgica hacia delante es otra hacia atrás, muy suave. A la inversa, a una flexión fuerte hacia atrás, le seguirá una sencilla hacia delante. Otra vez, el motivo para practicar las contraposturas es regresar al cuerpo a su condición normal y asegurarse que no se llevará ninguna tensión a la siguiente postura o a nuestro trabajo de todos los días.

Seguir el principio de efectos duales para determinar la secuencia de los āsanas de su sección, es una forma de llevar viṅyāsa krama a su práctica. Con el tiempo, realizar viṅyāsa krama paso a paso, conscientemente, también debe formar parte de la práctica de un āsana individual y del desarrollo de nuestra práctica.


Fuente: "El Corazón del Yoga" - T.K.V. Desikachar

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