lunes, 24 de octubre de 2016

LAS METAS DEL YOGA por Yogacharya B.K.S. Iyengar

La práctica del yoga tiene como objetivo superar las limitaciones del cuerpo. El yoga nos enseña que la meta de la vida de cada individuo es emprender el viaje interior hacia el alma. El yoga ofrece tanto la meta como los métodos para alcanzarla.

Cuando existe perfecta armonía entre el cuerpo y la mente, alcanzamos el despertar o autorrealización. 

El yoga nos enseña que los obstáculos del camino de nuestra autorrealización se ponen de manifiesto a través de la indisposición física o mental. Cuando nuestro estado físico no es perfecto, esto causa un desequilibrio en nuestro estado mental que se conoce en sánscrito como chittavritti. La práctica del yoga nos ayuda a superar ese desequilibrio. Las asanas, o posturas yóguicas, pueden curar las vyadhi o dolencias físicas, y corregir la angamejaytatva o inestabilidad corporal. La shvasa-prashvasa, que se traduce como "respiración irregular" (una indicación de estrés), se alivia mediante la práctica del yoga. 

Las asanas tonifican todo el cuerpo. Fortalecen los huesos y los músculos, corrigen la postura, mejoran la respiración e incrementan la energía. Este bienestar físico ejerce un impacto fortalecedor y calmante sobre la mente.


Asanas y Pranayama

Practicar asanas purifica el cuerpo. Así como un orfebre calienta el oro en el fuego para eliminar las impurezas, las asanas, incrementando la circulación de sangre limpian el organismo, lo purifican de las enfermedades y toxinas que son las consecuencias de un estilo de vida irregular, hábitos insanos y las malas posturas.
La práctica regular de los estiramientos, torsiones, flexiones, extensiones e inversiones) los movimientos básicos de las asanas) devuelve al cuerpo la fuerza y la resistencia física. Las asanas, junto con el pranayama, o control de la respiración, rectifican trastornos físicos, fisiológicos y psicológicos. Ejercen un impacto positivo sobre los efectos del estrés y la enfermedad. Entre las muchas dolencias que se benefician con la práctica de asanas, se encuentran la osteoartritis, la hipertensión o hipotensión arterial, la diabetes, el asma y la anorexia.

Mente y Cuerpo

El cuerpo y la mente se hallan en un estado de interacción constante. La ciencia yoga no establece donde termina el cuerpo y dónde empieza la mente, sino que aborda ambas como una entidad única e integrada. La agitación de la vida diaria provoca estrés en el cuerpo y la mente, lo cual crea ansiedad, depresión, inquietud y cólera. Las asanas del yoga, aunque parezcan ocuparse solo del cuerpo físico, en realidad influyen en el equilibrio químico del cerebro, lo que, a su vez, mejora el estado mental. 

Los obstáculos para este equilibrio perfecto fueron expuestos por el sabio Patanjali hace unos 2000 años en los Yoga Sutras. Los historiadores discrepan sobre las fechas exactas, pero se sabe que los Sutras son aforismos sobre la filosofía y la práctica del yoga, fueron compilados en algún momento entre los años 300 a.C. y 300 d.C., y que el corpus completo se denominó Patanjali Yoga Darshana. En los Yoga Sutras, Patanjali trata de los trastornos que constituyen la raíz del sufrimiento. Según el sabio, las vyadhi, o dolencias físicas, crean perturbaciones emocionales. La tarea del yoga consiste en tratar de resolver tanto unas como otras.

Para la mayoría de las personas, el alivio del dolor es, aun hoy, una de las principales razones para iniciarse en el yoga. Las asanas del yoga trabajan sobre partes concretas del cuerpo para aliviar y relajar también la mente. Las asanas invertidas por ejemplo, calman y estimulan de manera simultánea el cerebro. Estas asanas activan glándulas y órganos vitales aportando sangre limpia al cerebro, poniéndolo alerta pero manteniéndolo relajado.

El yoga posee la singular capacidad de calmar los nervios, que funcionan como intermediarios entre las partes fisiológica y psicológica de organismo. Practicar yoga tiene el impacto holístico de relajar el cuerpo y calmar la mente.

Etapas del Yoga

La primera meta del yoga es devolver la mente a la simplicidad, la paz y el equilibrio, para liberarla de la confusión y la angustia. Esta sencillez, este sentido de orden y calma, proviene de la práctica de asanas y pranayama. Las asanas del yoga integran el cuerpo, la mente, la inteligencia y, finalmente, a uno mismo en cuatro etapas. En la primera etapa, arambhavastha, practicamos al nivel del cuerpo físico. La segunda etapa es ghatavastha, y en ella la mente aprende a moverse al unísono con el cuerpo. El tercer nivel, parichayavastha, ocurre cuando la inteligencia y el cuerpo se unifican. La etapa final es nispattyavastha, el estado de perfección. 

La conciencia espiritual se extiende en el estudiante de yoga a través de estas etapas. El dukha, que es el sufrimiento o el dolor, desaparece, y se alcanza el arte de vivir con sencillez y paz. 

El Yoga Colma el Vacío Espiritual

El mundo de hoy es abrumadoramente materialista, y ello ha creado un gran vacío espiritual en nuestra vida. Nuestro estilo de vida es demasiado complejo y nos estresamos principalmente a consecuencia de nuestras propias acciones. Percibimos nuestra existencia como estéril y vacía de significado. Hay una falta de dimensión espiritual en nuestra vida y en nuestras relaciones, lo cual a conducido a muchas personas reflexivas a comprender que el consuelo y la inspiración, la paz y la felicidad, no pueden provenir del ambiente externo, sino que deben surgir de nuestro interior. 

La Libertad del Yoga

El impacto del yoga no es nunca puramente físico. Las asanas, si se practican correctamente, salvan la separación existente entre las esferas física y mental. El yoga pone freno a los sentimientos de dolor, fatiga, duda, confusión, indiferencia, pereza, autoengaño y desesperación que nos asaltan de vez en cuando. La mente yóguica simplemente se niega a aceptar tales emociones negativas y trata de superar estas corrientes turbulentas en el camino que conduce a la total liberación del alma. Cuando nos convertimos en sinceros practicantes de yoga, dejamos de vernos atormentados por estos estados mentales desdichados y desalentadores.

El yoga ilumina nuestra vida. Si se practica sinceramente, con seriedad y franqueza, su luz se propagará a todos los aspectos de nuestra vida. La práctica regular nos llevará a observarnos a nosotros mismos y nuestras metas bajo una nueva luz. Ayudará a eliminar los obstáculos que se oponen a la buena salud y la estabilidad emocional. De este modo, el yoga nos servirá de ayuda para alcanzar la emancipación el despertar, que es la meta final de la vida de todas las personas. 

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