viernes, 3 de marzo de 2017

ENVEJECER, UN ENFOQUE DESDE EL YOGA por Srivatsa Ramaswami

Los cambios ocurren todo el tiempo. Patanjali reconoce tres cambios o transformaciones llamadas parinamas. En primer lugar, los cambios en una persona debido a circunstancias llamada avastha parinama. Luego, los cambios que se producen debido al paso del tiempo llamado lakshana parinama. Luego, por supuesto, las transformaciones provocadas por los esfuerzos individuales específicos sobre uno mismo. Estas actividades específicas que ayudan a llevar a cabo cambios fundamentales de las cualidades latentes pero inherentes o dharmas se llaman dharma parinama – como con la práctica yóguica uno es capaz de transformar una mente distraída habitualmente en una mente o chitta que puede permanecer en un estado de enfoque intenso llamado ekagrata. Esta transformación se llama ekagrata parinama.

Todo el mundo pasa por los cambios provocados por el tiempo. Estos cambios o avastha parinama se ven durante un período de tiempo. El pelo negro se vuelve gris o se adelgaza. La piel pierde la humedad lentamente y se arruga. Los músculos pierden su tono y empiezan a caer. Las señales de envejecimiento son inconfundibles.

 Ramaswami asistiendo sarvangasana

Al igual que los cambios visibles, hay cambios invisibles que tienen lugar dentro del cuerpo con el tiempo. Mi Guru diría que varios órganos internos incluyendo el corazón tienden a ser desplazados de sus posiciones con el paso del tiempo, las inversiones regulares (sirsasana, sarvangasana) ayudarían a disminuir el descenso de estos órganos. Pero uno debería también entender que los cambios en los diversos órganos vitales pueden ser retardados por el Yoga y el estilo de vida saludable, pero no pueden evitarse por completo.

Las células envejecen y se vuelven menos eficientes. Otras células viejas mueren y no pueden ser reemplazadas. Esto lleva a los órganos vitales a funcionar ‘menos bien‘. En algunos órganos algunas células mueren pero no son reemplazadas y por lo tanto los hacen menos eficientes. Los músculos intercostales y otros músculos accesorios de la respiración, incluyendo el diafragma, se vuelven débiles. Los pulmones también se vuelven débiles e incapaces de combatir infecciones como neumonía, pleuresía, etc. Los riñones tienden a encogerse y esto lleva a muchas complicaciones. El corazón y los vasos sanguíneos comienzan a perder su elasticidad. Hay un declive en la salud a medida que uno envejece. Seguramente el estilo de vida saludable, la práctica del yoga sin duda ayudará a ralentizar el proceso de envejecimiento, pero uno inevitablemente tiene que aceptar el proceso de envejecimiento.

Hay varios sistemas que se dice que son útiles para aceptar el proceso de envejecimiento y el inevitable final. Las filosofías védicas Samkhya, Yoga y Vedanta revelan la sorprendente verdad sobre el yo real. El yo real que es la conciencia inquebrantable y en medio del envejecimiento de todas las partes del cuerpo permanece sin cambio, declaran. Esa es la verdad sobre uno mismo y recomiendan que uno comience a considerar el atma como el yo y no el cuerpo en decadencia. Así, mientras todas las partes del cuerpo se descomponen, el núcleo de cada uno -el yo- no experimenta ningún cambio y, por lo tanto, es inmortal. ¿Podría esta conciencia ser una manera de aceptar los deprimentes cambios de la vejez y el inevitable fin del cuerpo?



Fuente: "Envejecer" artículo original de Ramaswami, traducción al español por Noelia Insa.

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