viernes, 3 de marzo de 2017

ORIGEN EMOCIONAL DE LAS ENFERMEDADES Y EL BHAKTI YOGA COMO REMEDIO por K. Pramanam Das

Hoy en día, en esta era moderna, hay una principal y enorme falencia en la educación, pues es un ambiente de grandes avances y demandas científicas y tecnológicas, donde nos desarrollamos predominantemente a un nivel intelectual, olvidándonos por completo de “educar” nuestras emociones. Nos hemos enfocado en cultivar nuestra cabeza pero no el corazón, desarrollando de una manera fantástica y quizás nunca entes vista nuestro hemisferio cerebral izquierdo, sin embargo dejando en el olvido el hemisferio derecho relacionado con las emociones.

Es por ello que a pesar de tantas comodidades tecnológicas nos vemos atascados a la hora de superar o sobreponernos a factores como: la ira, los celos, el egoísmo, la depresión, el rencor, etc. a tal punto de frustración que en ocasiones nos arrastra a depender de drogas psiquiátricas o incluso a recurrir al suicidio.

Observamos así como en la sociedad es común un incremento del egoísmo, sin cabida al amor por otros, dado que nuestro aspecto humano, nuestro corazón, tiene aún mucho por florecer en comparación con nuestra cabeza. Y a menos que nuestro “corazón” se abra, no deberíamos llamarnos a nosotros mismos verdaderos seres humanos, si no quizás meramente animales intelectuales-racionales.

Es entonces cuando se presenta el Bhakti Yoga, la ciencia que nos permite el cultivo y sublimación de nuestras emociones, ensanchando nuestra visión, sobreponiéndonos a la mezquindad y llevándonos a niveles elevados de unidad y hermandad universal, en otras palabras, de amor.


El amor se presenta en 3 variedades:
  • Samartha-Desinteresado: Es la clase más alta en que el “amador” busca únicamente el bienestar del “amado”, sin importarle los sufrimientos o dificultades por los que tenga que pasar para ello. Como lo hace una mamá sacrificando su sueño y comodidad por atender su recién nacido sin esperar nada de él mas que su bienestar.
  • Samañjasa-Mutuo: Es de segunda clase, donde el “amador” no busca únicamente el bienestar del “amado” sino también el suyo propio.
  • Sadharana-Egoísta: Es la clase más baja en donde el “amador” únicamente se preocupa por su propia felicidad sin tener consideración alguna por el bienestar o sufrimiento del “amado”. Podría entenderse más como explotación que como amor.
Así la práctica del Bhakti Yoga nos eleva al estado más elevado de consciencia y amor a través del cultivo de las emociones. Pero surge la pregunta ¿Qué son las emociones y cómo nos afectan?

Cuando un pensamiento se repite severamente una, otra y otra vez va generando fuertes impresiones o apegos en nuestra mente, los cuales marcan en nuestro interior ciertas “atracciones-repulsiones” o “gustos-disgustos”, los cuales serán activados en el momento que dicho pensamiento o suceso se presente en nuestra vida nuevamente desencadenando reacciones o emociones en nosotros, tanto agradables como desagradables.

Es entonces cuando al presentarse una situación, palabras o pensamientos que se identifican con cierto “gusto-disgusto” almacenado en nuestra mente, se genera algún tipo de emoción en el neo-córtex o iso-córtex, la cual, a través del hipotálamo, desencadenará la activación del sistema nervioso autónomo y del endocrino, lo cual nos viene de gran ayuda y utilidad en una situación riesgosa o de peligro. Pero cuando las emociones son constantes, descontroladas y alteradas, mantendrán igualmente alterados constantemente nuestro sistema nervioso autónomo (casi inhibiendo sus funciones parasimpáticas) y sistema endocrino (casi “intoxicándonos” químicamente). Es en este punto donde las emociones alteran, como reacción, las funciones de nuestro cuerpo, teniendo una directa influencia en nuestro estado de salud físico.

De esta manera nuestra cobertura mental -Manomaya Kosha- influencia y altera nuestra cobertura física -Annamaya Kosha- explicándonos como el estrés desencadena muchas enfermedades comunes hoy en día en la sociedad.

Es en ese estado de enfermedades que mucha gente recurre a la practica del Yoga, como una alternativa que le permita sobreponerse a tanta presión cotidiana, comenzando a reconocer su verdadero ser, su naturaleza trascendental.

Así se presentan entre cuatro clases de personas que se acercan al Yoga y a reconocer su naturaleza interna:
  • Artah: El tipo de persona afligida, angustiada, enferma o con gran cantidad de problemas. Quienes en la mayoría de dichas circunstancias comienzan a proclamar ayuda de ese “algo” superior.
  • Jijnasu: El tipo de persona curiosa que, como un niño, se pregunta ¿Qué es eso? ¿De qué trata el Yoga?
  • Artharthi: El tipo de personas que buscan riquezas “Montaré un estudio de Yoga que al parecer está de moda y es un negocio prometedor”.
  • Jnani: El tipo de persona que indaga sobre una realidad superior, que desea conocimiento acerca de lo trascendental.
Independiente del propósito por el que lleguen las personas a la práctica del Bhakti Yoga, el solo hecho que lleguen ya supone un “mérito” -Sukrtinah- y su conciencia evolucionará despojándolos de dichas actitudes egoístas que en un comienzo marcaron su acercamiento.

El objetivo del Bhakti Yoga es la sublimación de nuestras emociones, alcanzando un estado de Bhakti o amor del más puro, desinteresado y totalmente rendido a ese aspecto trascendental, divino o espiritual que comienza a percibirse en todas partes y en todos los seres constantemente, desarrollando de esta manera un amor universal y una perfecta ecuanimidad ante cualquier circunstancia en nuestra existencia.

Para alcanzar dicho estado debemos comenzar por dejar de mirar tanto el exterior y darnos la oportunidad de conocernos internamente, analizando nuestra naturaleza y nuestras cualidades, las cuales pueden ser de dos tipos:
  • Asura: Cualidades negativas que entorpecen nuestro avance tales como: el orgullo, la arrogancia, el engreimiento, la ira, la aspereza y la ignorancia, entre otras; las cuales nos vuelven más esclavos de las dualidades y del condicionamiento material.
  • Daivia: Cualidades positivas en nuestra evolución: el vigor, el perdón, la limpieza, la fortaleza y el estar libre de envidia, malicia, corrupción y ansia de honor; las cuales nos elevan a liberarnos del condicionamiento material.
De esta forma comenzamos a hacer uso de nuestra inteligencia, analizándonos y teniendo la libertad de escoger entre unas u otras cualidades ya sea para elevar o degradar nuestra conciencia.

Comenzamos entonces el sendero del Bhakti Yoga buscando cultivar nuestras cualidades “Daivias” a través de la inteligencia. Y es que recordemos que por encima de la cobertura mental -Manomaya Kosha- en la cual nuestros desbalances emocionales (Adhis) desencadenan desbalances-enfermedades físicos (Vyadhis), se encuentra nuestra cobertura intelectual -Vijñanamaya Kosha- y es haciendo uso de esta última, del intelecto, que podemos guiar nuestras emociones correctamente, para que, a causa de una emoción, en lugar de reaccionar: actuar!; dejando de ser esclavos de nuestras emociones, ya que muchas veces nuestras (re)acciones son guiadas por estos fuertes impulsos más que por lo que es o no correcto. Saber que estoy haciendo algo incorrecto pero aún así seguirlo haciendo o, saber lo que es correcto y aún así no hacerlo, es lo que se denomina en Samskritam como “Duryodhana”, aquel que se deja arrastrar por sus emociones.

No reprimir! No debemos reprimir nuestras emociones, es decir, no debemos buscar frenarlas en seco o ignorarlas pues será como un boomerang devolviéndonos estrés angustias y ansiedades, explotando luego todas estas emociones como un globo que se infló e infló hasta más no poder con tantas emociones reprimidas.

No dar rienda suelta! La total libertad descontrolada de nuestras emociones y deseos terminará generando problemas, peligros y desbalances tanto en nuestro entorno como en nosotros mismos: como enfermedades por excesos, problemas sociales por actitudes egoístas, etc. Además de generar un circulo vicioso de “satisfacción-insatisfacción”, de mayor demanda de los sentidos, pues cuanto más se trata de complacerlos, la demanda por parte de ellos incrementa cada vez más; así como quien toma café cada vez debe consumir mayores cantidades para obtener los efectos deseados que anteriormente conseguía con una sola taza.

Un gusto superior! La solución entonces es Sublimar las emociones y/o deseos, canalizándolas a algo superior y de una naturaleza eterna y trascendental como lo es nuestra verdadera esencia. Esto a través de las técnicas del Bhakti Yoga, ganando por ello maestría sobre las emociones, actuando con inteligencia.

Veamos un ejemplo:
En una autopista un vehículo viaja a 140km/h y a la distancia el conductor observa que hay un semáforo que está cambiando a luz roja. Como primera opción ubiquemos al conductor que reprime: él continúa con dicha velocidad esperando que el semáforo cambie a verde para el momento en que el deba cruzarlo, pero ya “encima” del semáforo se da cuenta que aún continúa en rojo y que el tránsito que circula en la intersección de su camino está en flujo, por lo cual pisa fuertemente el freno generando que el carro pierda momentáneamente el control y estrujando a todos los pasajeros que viajan con él (generando quizás en ellos alguna lesión por dicho frenón súbito) ocasionando tanto en sus acompañantes como en él un gran malestar; además de la posibilidad de que dicha acción generará algún deterioro en el automóvil.

Ahora como segunda opción tenemos al conductor “libertino”: el cual continúa con dicha velocidad o incluso acelera aún más en búsqueda de mayor adrenalina asegurando que puede cruzar la intersección sin colisionar. De esta manera, sin medir las consecuencias, dicho conductor pudo haber cruzado intacto por esta vez, o quizás al contrario haber terminado todo en una lamentable catástrofe.

Por último ejemplo ubicamos al tercer conductor, el más experto y conocedor, quien al ver la luz en rojo comienza a “canalizar” la velocidad del vehículo desacelerando y disminuyendo los cambios del vehículo de una forma casi imperceptible a 100, 80, 50, 30km/h hasta detenerse suavemente por completo en el semáforo y continuar tranquilamente con su viaje una vez la luz vuelve a verde.

De forma similar al tercer conductor, el Bhakti Yogui se instruye en las técnicas que le permiten sublimar sus emociones, canalizarlas, teniendo maestría sobre ellas, desvaneciendo gradualmente su “Duryodhana” interno, desvaneciendo todo desbalance mental, emocional, energético y físico; creciendo en salud, felicidad y en compartir dicho mensaje y experiencia de plenitud, amor, armonía y paz.

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