sábado, 2 de septiembre de 2017

YOGASANA por Paramahansa Satyananda

El yoga, como ciencia de vida, es aceptado en teoría por un número relativamente alto de personas. Si miramos con detenimiento el desarrollo del movimiento yóguico en varias partes del mundo, encontramos que su aplicación está en gran parte limitada a los aspectos físicos, concretamente al entrenamiento en las diferentes asanas y pranayamas. Esto es ciertamente deseable, en la medida en que el bienestar físico de una persona es esencial para su desarrollo espiritual ulterior.

La primera condición para la felicidad humana es tener un cuerpo sano. Un cuerpo saludable es un activo que le permite a una persona desenvolverse en la vida cotidiana. Se sabe que una mente sana o una condición mental saludable, está presente en un cuerpo saludable. Por lo tanto, las yogasanas son la columna vertebral del yoga aplicado.

Se dice que las principales asanas son 84. Un estudio preliminar de las diferentes posturas, incluso teórico, muestra que están pensadas para beneficiar distintas partes del cuerpo. Los sistemas actuales de ejercicios físicos ayudan a desarrollar los músculos y a volver a una persona musculosa. Sin embargo, la experiencia cotidiana muestra que incluso una persona musculosa no puede soportar la presión y las tensiones de la vida durante largo tiempo. Quiere decir, por lo tanto, que hay una acción constante e inevitable de la mente sobre el cuerpo, que los ejercicios físicos no pueden manejar. En esto radica la principal diferencia entre las asanas y el ejercicio físico.

Las asanas no solo ayudan a mantener el sistema físico saludable y fuerte, sino que también ayudan, de manera imperceptible y con el apoyo de su contraparte las prácticas de pranayama, a desarrollar resistencia mental frente a la enfermedad. Las asanas tienen en cuenta varias partes del cuerpo y las articulaciones, y constituyen en sí mismas un sistema completo de tonificación nerviosa. La totalidad del organismo físico depende del sistema nervioso, y a menos que éste se mantenga en forma y nutrido, el simple desarrollo de músculos no tiene ninguna utilidad. La práctica regular de asanas en la vida diaria no implica una gran carga sobre la energía física ni sobre el tiempo de una persona. Una persona con una constitución débil también puede tomar un curso de asanas con la guía adecuada.

Es interesante observar que muchas asanas tienen nombres de pájaros o animales, como por ejemplo, mayurasana (postura del pavo real), shashankasana (postura de la liebre), o bhujangasana (postura de la cobra). Si tratamos de entender las implicaciones de las asanas, nos pueden dar pistas interesantes. Después de un día de trabajo el cuerpo está fatigado, y nuestra creencia generalizada es que el cuerpo descansa cuando asume la posición horizontal en la que dormimos. ¿Cómo descansan los pájaros y los animales? La naturaleza los ha privado de la comodidad de la posición horizontal, pero sin embargo descansan. Por lo tanto, las posiciones en las que los animales se paran o descansan, dan pistas sobre las asanas. Como se dijo antes, las asanas no son ejercicios agotadores sino posturas recreativas que refrescan el cuerpo cansado y le dan la energía necesaria para realizar las tareas del día con comodidad y facilidad.

Puede ser necesario explicar que las asanas no implican esfuerzo excesivo como es el caso de otros ejercicios físicos, ni tampoco requieren de una alimentación abundante para propiciar un cuerpo saludable. De hecho, el concepto que está detrás de las asanas es el de mantener el cuerpo en forma y activo tanto como dure la vida de la persona.


Fuente: "Dinamics of Yoga" Swami Satyananda Saraswati

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