jueves, 19 de septiembre de 2013

YOGA, SALUD Y JUVENTUD

Hermógenes en badhapadmasana
ASANAS: LO QUE SON

Según la tradición, fue el dios Shiva quien en un gesto de bondad, enseñó a su esposa, la diosa Parvati, el Hatha Yoga, incluyendo las asanas en un número igual al de todas las especies de seres vivos que existen en la tierra. Entre esa cantidad, ochenta y cuatro son las principales. De éstas, apenas algunas han sido usadas frecuentemente.


La finalidad principal de una asana es siempre de naturaleza mental. Venciendo la inquietud y la fragilidad de la mente, facilitan la concentración, creando condiciones para dominarla. Mientras tanto, las consecuencias benéficas sobre el soma o cuerpo no son menos profundas. Tanto en lo físico como en lo psíquico, las asanas mejoran a los que practican. Enfermedad, embotamiento, duda, negligencia, inestabilidad, indolencia, ilusión y desequilibrios emocionales, determinantes de la dolencia mental, no resisten la poderosa actuación de las distintas asanas, cuando son practicadas con perfección y asiduidad.

El hombre normal, en sus ocupaciones, en el reposo, en las diversiones, en la casa, en la calle, en la iglesia, haciendo una refección o durmiendo, no sale de un ciclo reducido y poco variado de movimientos y posturas corporales. Son siempre los mismos conjuntos de músculos, de órganos, de articulaciones que se mueven. Hay partes del cuerpo relegadas al olvido y, consecuentemente, a la atrofia. Las asanas activan esos músculos, articulaciones, órganos que raramente se mueven. De esto resultan agradables sensaciones al alcance de aquellos que se dedican a su práctica. Es agradable y estimulante, por ejemplo, lo que sentimos al apoyarnos sobre la cabeza, posición opuesta a aquella en la que estuvimos toda la vida. Algunas asanas, presionando sobre un conjunto de vísceras, provocan masajes naturales; otras, flexionando lo que normalmente está rígido y duro, constituyen verdaderas fuentes de placer. Desperezarse después de horas de trabajo sedentario, ¿no es un auténtico placer? Pues bien, las asanas son una especie de desperezamiento.

Actuando sobre la musculatura, interviniendo el aparato circulatorio, en el sistema nervioso, principalmente en determinados plexos, estimulando determinadas glándulas, masajeando ahora éste, después otro órgano, las asanas, verdadera farmacopea mecánica, aseguran la salud, la flexibilidad, la frescura característica de todo cuerpo joven.

Todavía de mayor significación es lo que cada una de ellas determina sobre el cuerpo pránico, interviniendo en la circulación energética, que corre en la red de los nadis, activando el desarrollo de los chakras proveyendo uno, drenando a otro de prana.

LA PERFECCIÓN PROGRESIVA

Hacer asanas, naturalmente no es fácil para un hombre occidental de edad madura, que siempre se sentó en sillas altas, durmió en colchones de resortes, no se agachó ni siquiera para evacuar (pues los servicios son altos), de movimiento pobre y monótono en su diario vivir atareado, que a pesar de que practique un deporte ya perdió la juvenil flexibilidad del cuerpo (principalmente de la espina dorsal) y todavía mas si carga con una respetable “curva de prosperidad”, es decir, barriga.

No se desanime. Siempre que pueda, no deje de tentar readquirir la flexibilidad de su columna. Sea persistente. Es posible que al principio sea costoso. Los progresos vendrán con el tiempo seguro. En una flexión adelante, recuerde no es la violencia lo que vale y sí la permanencia en la posición lo más bajo que pueda alcanzar. Quédese ahí cuanto pueda, no se mueva como un resorte bajándose y levantándose. De la misma manera sistemática y resistente mejorará la flexibilidad en las flexiones atrás y de costado.

 Hermógenes en Vrischikasana
 ASANAS: UN ARTE DIVINO

Cuando un ser humano crea una obra de arte, en último análisis, expresa su pensamiento, su sentimiento, su soplo creador, su inspiración, todo su yo, en la materia plástica, en los sonidos, en los colores. La obra de arte vale por las cualidades del espíritu que expresó y también por la fidelidad con que la técnica posibilitó tal expresión.

Al crear artísticamente, el hombre se asemeja al Creador y entonces experimenta infinitud, perfección e intensa emoción. Algunas artes humanas mas que otras son capaces de acercar el hombre a Dios. Las que más se asemejan al divino arte de crear universos son: a) aquellas que consisten en transformar en cosmos aquello que anteriormente era caos, tal como lo ha hecho Dios; b) aquellas en que el artista está inmanente en la obra, pues Dios también está inmanente en el mundo; y aquellas en que el espíritu creador no es diferente de la materia plástica, a través de la cual se expresa, pues también Dios, por su espíritu (purusha), modeló, ordenó, y vivificó su propio cuerpo (Prakriti), la naturaleza.
El arte de las asanas es por excelencia uno de los que nos hacen semejantes al Creador, pues consiste, cuando es perfecto, en plasmar con el cuerpo el modelo que la mente concibe y el sentimiento anima. En el asana, el espíritu, que es el obrero, se confunde con el cuerpo, que es la propia obra. El practicante es entonces la causa material y simultáneamente la causa eficiente.

Según el filósofo brasileño Farias Brito, el universo es Dios pensando. En verdad las leyes que rigen los fenómenos y el orden que sustenta su multifacético estructura inmensa nos revelan la mente de Dios. Tanto es así que, si El dejase de pensar en el universo, este se esfumaría, retornando al caos primitivo. También es este aspecto, el practicante de asanas debe imitar a su Creador. En cuanto sustenta determinada pose, debe pensar en ella. Debe pensar en la disposición y estado de los músculos, órganos y articulaciones, en el modelo mental que expresa, en sus consecuencias psicosomáticas.

En resumen, una asana, a pesar de parecer simplemente una actitud del cuerpo, es mucho mas que eso, es una expresión del hombre integral, manifestándolo en todos sus planos: en el cuerpo, en el pensamiento, en la acción, en el cuerpo sutil y en el espíritu.

Así como un asana expresa un determinado estado del alma, recíprocamente, con el perfeccionamiento de este arte, al asumir determinada asana, el practicante es inducido al estado psicológico ligado a ella, como si fuera un psicotrópico.

El arte de las asanas se puede comparar con la danza clásica. Sus movimientos son armoniosos, bonitos, lentos, suaves y leves. Al iniciar el aprendizaje el practicante no consigue naturalmente movimientos armónicos, debido a la rigidez del cuerpo sin entrenamiento. Lentitud, suavidad y levedad también aparecen con el progreso que va siendo alcanzado. Tales atributos dependen del grado de relajamiento a que se va pudiendo someter las partes anatómicas no comprendidas en cada postura.

En virtud de afectar admirablemente la vida orgánica, las asanas son remedios para muchos males, mas, exactamente por el mismo motivo, pueden también dañar el cuerpo, y ocasionar disturbios graves si son incorrectamente ejecutadas.

YOGA Y SALUD (notas de resumen)

“…El cuerpo humano tiene vida porque está animado por dos corrientes energéticas, semejantes a la corriente eléctrica, que se oponen: la del Sol, o Ha y la de la Luna o Tha. Se dice que reina la salud cuando ellas se mantienen equilibradas, entonces el cuerpo es un cosmos. La enfermedad se produce cuando una de ellas predomina, o sea cuando reina el caos orgánico. Lo mismo se puede decir en relación a la salud o a la enfermedad mental. El Hatha Yoga es una forma de terapéutica porque a manera de demiurgo (creador) introduce el orden donde imperaba la desarmonía, por eso es que corrige desequilibrios, y transforma el caos en cosmos…”

“…Con el lenguaje de la fisiología podemos se mas explícitos. La salud de cada persona depende del equilibrio entre el impulso nervioso ortosimpático, que es estimulante (Ha), y el vagosimpático, frenador (Tha); entre el anabolismo y el catabolismo; entre la excitación y la depresión nerviosa; entre la acidez y la alcalinidad; entre la hiperfunción y la hipofunción de las glándulas; entre la alta y la baja temperatura; entre la hipertensión y la hipotensión…

Afectando energéticamente el sistema nervioso y el sistema endócrino, vitalizando las vísceras y estimulando los tejidos, el Hatha Yoga es un método de medicina natural, de rejuvenecimiento y de reposo. Proporcionando salud y resistencia al cuerpo transformándolo en instrumento adecuado de sintonía con los planos mas sutiles del Universo, permitiendo así al ser humano una creciente liberación, la superación de sus debilidades físicas y mentales, llevando en sí un medio eficaz de transformación…”

 Deformación de las visceras:
viceroptosis
“…Es generalmente pasados los treinta años cuando se manifiesta una de las más odiosas enfermedades, la que los médicos denominan viceroptosis. Consiste en la dilatación de las vísceras, principalmente del estómago, que cae dislocándose de la posición natural. Los que sufren de viceroptosis se incomodan principalmente porque los órganos desplazados hacia abajo en el vientre les producen una prominencia que roba vestigios de belleza al cuerpo flácido. Las peores consecuencias de la viceroptosis no son las estéticas, son las fisiológicas. Las vísceras, pesadas y grandes, caen y aplastan a los intestinos, perjudicando los movimientos peristálticos. Estos, a su vez, incapacitados por este aplastamiento, no pueden funcionar, lo que significa sequedad de vientre o constipación. Las materias putrefactas se acumulan en le intestino, las toxinas llevadas por la sangre van a envenenar a todos los órganos del cuerpo.

La respiración y las asanas no solamente equilibran el metabolismo, evitando el excesivo peso o el excesivo adelgazamiento, sino que también curan la viceroptosis.

JUVENTUD Y LONGEVIDAD

En la edad madura el fantasma del envejecimiento viene a entristecer y acortarnos los días, pero este es un fenómeno anormal y anticipado. La vejez “normal” de hecho es anormal. Considerando lo que ocurre en otros mamíferos, vemos que la vejez comprende apenas 1/10 del ciclo normal de su vida; nuestra decrepitud sólo a los setenta años debería comenzar. Por otra parte, reflexionando que la duración de la vida de un mamífero es diez o doce veces el tiempo que el animal lleva para alcanzar la madurez y que somos manifiestamente mamíferos en todos los otros aspectos, “la duración normal de la existencia humana debería estar entre doscientos y doscientoscincuenta años. Según la opinión del medico ruso Alejandro Bogomoletz, “un hombre de sesenta años es todavía joven, pues vivió apenas la mitad de su vida natural”.

Los esfuerzos de los científicos, la tecnología, la medicina y la higiene alimentaria, las múltiples especialidades médicas no han podido acrecentar la duración máxima de la vida humana. El envejecimiento no puede ser explicado por apenar una causa ni atacado por un solo frente. Solamente el Yoga, que es un sistema global y completo, ofrece el remedio adecuado, desde que considera todas las causas ya estudiadas y algunas otras todavía no sabidas además de ser una terapéutica naturalista de excepcional poder.

La producción insuficiente de hormonas sexuales ha sido desde mucho tiempo considerada la causa principal de la vejez. La disminución de las hormonas diferentes de las sexuales hicieron meditar para explicar la decrepitud. Se descrubrió que inyecciones de hormonas femeninas devuelven la frescura juvenil a la piel, que la aplicación de hormonas masculinas aumenta el vigor muscular, que el extracto de tiroides mejora la circulación sanguínea y que el extracto de hipófisis combate el insomnio característico de la senilidad.

De todo esto se concluye que un proceso cualquiera que, actuando sobre las glándulas endocrinas, venga a estimularlas, resguardándolas de la degeneración, conduciéndolas a un estado de eficiencia y armonía, constituirá un “seguro contra la vejez”. La gimnasia yogui es este anhelado proceso; las glándulas masculinas, por ejemplo, en hiper o hipo función, retomarán el ritmo normal con las siguientes posturas: shishasana (paro de cabeza), sarvangasana (vela o paro de hombros) y viparita-karani (medio paro de hombros). La impotencia sexual se combate con estas citadas y además con aswini mudra (mula bandha), uddiyana y nauli. La insuficiencia ovárica se cura con sarvangasana, matsyasana, paschimotanasana, bhujangasana, viparitakaraní.

El autorizado Metchnikoff era de la opinión que la juventud es producto de un buen funcionamiento del colon. Mantener la limpieza intestinal, impidiendo que las materias putrefactas lancen venenos en la corriente sanguínea, sería una solución contra la vejez. El Hatha Yoga da mucha importancia a la limpieza del intestino con eficaces asanas, mudras, pranayama y bandhas. El hombre común admite que una evacuación por día es lo ideal, mientras el yogui evacua tres veces, o sea una correspondiente a cada una de las principales comidas, manteniendo el alimento el tiempo estricto en el tubo digestivo: ocho horas. Una de las mas peligrosas e incómodas enfermedades de que por su vida sedentaria sufre el hombre moderno es la sequedad de vientre, origen de muchas molestias. Nadie que practique yoga sufrirá de ese mal. Prácticamente todas las asanas cooperan en el combate contra la sequedad de vientre, pues en general devuelven a las paredes abdominales la elasticidad y el tono de la juventud, además de activar, voluntariamente, los movimientos peristálticos de los intestinos. La respiración completa, moviendo intensamente el diafragma, lo dinamiza llevándolo a un estado ideal de funcionamiento.


William Osler admite que la juventud del cuerpo depende del estado de las arterias. La rigidez de éstas o arteriosclerosis es una de las más frecuentes causas de muerte de los individuos, que por falta de ejercicios, van cayendo en sus redes. Rejuvenecer las arterias sería la manera de conservar la vida y la juventud. En este aspecto el Hatha Yoga es el remedio mas adecuado. En la vertical sobre la cabeza o shirshasana la corriente sanguínea con la ayuda de la gravedad va a irrigar velozmente el cerebro y las glándulas nobles localizadas en la cabeza. Esta especie de inundación de sangre produce un excelente ejercicio en la minúscula musculatura de los vasos. Cada vez que el paciente realiza una asana cierra los registros de un conjunto de vasos y abre los de otros, drenando de un lado e irrigando otro. Así es que la circulación provoca movimientos en todos los vasos del cuerpo impidiendo su esclerosamiento.


La novedad en geriatría es de la profesora Anna Aslan. De sus experiencias concluyó que el “elixir de la juventud” es la vitamina H3. “La procaína (vitamina H3) en contacto con los tejidos se desdobla en ácido dictilaminoetanoico y ácido paraminobenzoico. Estos dos ácidos provocan un mayor aflujo de sangre a los tejidos, estimulando su actividad y favoreciendo la eliminación de las toxinas y de los residuos, los cuales, acumulándose en las articulaciones, dificultan los movimientos y la circulación de la sangre e impiden el normal funcionamiento de los órganos”. Lo que aquellos dos ácidos provocan químicamente, las asanas, mudras y pranayamas lo hacen. La irrigación más enérgica y completa, la eliminación de toxinas, el estímulo a las actividades orgánicas, la limpieza de los residuos acumulados en las articulaciones son efectos plenamente obtenidos por la práctica de esos ejercicios.

El profesor Prahon, de Rumania, que ha estudiado a más de siete mil ancianos, es de opinión que le mayor enemigo de la juventud no es la vejez y sí la enfermedad. Envejecemos porque perdemos la salud de un órgano o una glándula que interfiere en todo el sistema. Es también el Yoga el mejor método de defensa contra la decrepitud, restaurando las condiciones ideales de funcionamiento de los órganos y no dejándolos enfermar.

El hombre es un mamífero diferente de los otros. Por su inteligencia ejerce sobre la naturaleza un dominio casi completo. Sin embargo su técnica y su ciencia han sido impotentes para aumentar las posibilidades de su sobrevivencia que son muy inferiores comparadas a las de otros mamíferos. Por su inteligencia y por su postura erecta el mamífero hombre viene pagando un enorme tributo: su fragilidad biológica, que procede de los esfuerzos que el organismo humano realiza contra la gravedad. De todos los animales, el hombre es el único que mantiene una lucha permanente contra esa fuerza que lo empuja hacia el suelo. Cuando joven, ni siquiera llega a sentir que está luchando. La musculatura vibrátil, resistente y fuerte conserva los órganos en su lugar, sustenta su columna vertebral; los tejidos frescos y saludables se mantienen en su lugar debido, sin dislocamientos y sin aplastar los unos a los otros. Mientras, los años comienzan a pesar. Comienza a pesar simultáneamente todo el organismo. Las vísceras abdominales que en la juventud eran mantenidas por la sólida pared de los músculos abdominales, se van deslizando para abajo sin que ningún reparo se los impida. Es la viceroptosis, enfermedad que, conforme vimos, arrastra consigo un pesado conjunto de anormalidades, verdadero umbral de la decrepitud. La flaccidez de los músculos del tronco de un hombre de mediana edad, impotentes, permiten que, con la solicitación de la gravedad, la columna vertebral se doble para adelante al mismo tiempo que pierde flexibilidad. Todos saben que el canal óseo de la columna vertebral es el cofre sagrado del “árbol de la vida”, esto es la médula. Esta, ramificándose en los nervios raquídeos, preside importantísimas funciones psicofisiológicas.

Yesudian afirma que la juventud consiste en tener una columna vertebral flexible. Tiene razón el practicante de yoga en realizar halasana, matsyendrasana, vajrasana, padahastasana, las cuales son flexiones hacia delante, para atrás y en varios niveles y también torsiones de la columna vertebral.

Los ejercicios de Hatha Yoga se basan, en su mayor parte, en el anhelo de provocar con la ayuda de la gravedad que ha tornado el vientre piriforme, la vuelta a la normalidad. Haciendo que los principiantes se coloquen sobre los hombros o la cabeza, se consigue que los órganos, por su propio peso inicien el regreso a su posición original, cada uno al lugar que le corresponde desde el nacimmiento. Los movimientos ondulatorios de la respiración abdominal actúan como masaje automático apurando el proceso. ( M J Kirschner).

Las prescripciones yoguis de orden moral (Yama y Niyama) y la evolución psíquica y espiritual son otras primacías en el método yogui de rejuvenecimiento, pues, al dar razón al doctor Schindler, que juzga que la “natural deterioración en los viejos sea, en realidad, una dolencia inducida por las emociones”, ninguno preservará la juventud o conseguirá rejuvenecer si no consigue pacificar la mente, orientarse para el lado positivo de la existencia; si no disciplina sus emociones, gozando de las buenas y alejando las malas; si no integra su personalidad librándola de conflictos, ansiedades, complejos y neurosis; si no logra vislumbrar nuevas explicaciones para la vida y para el universo; sin que logre penetrar en regiones de luz y paz, donde el ser humano pueda mitigar sus naturales anhelos de verdad, justicia y amor.

Por lo expuesto se puede establecer que aquel que desee ser joven, además de gimnasia, reposo y dieta, debe: mantener pensamientos positivos de coraje, salud, tranquilidad, juventud y vigor; imaginarse a sí mismo fuerte, sano, bien dispuesto, alegra y entusiasmado; cultivar suaves emociones de amor, justicia, bondad, tolerancia y simpatía; ayudar a sus semejantes; no lamentarse por sus enfermedades, fatigas, dolores o dificultades; procurar siempre aprender y emprender algo nuevo; cultivar reverente admiración por todas las manifestaciones de la vida; no tratar de testimoniar, con exceso su potencia sexual; evitar la maledicencia, la envidia, el miedo, el odio, los celos y la autopiedad, ocupar la mente con planes generosos y principalmente practicar la saprajanya, esto es, vivir con exclusividad cada momento sin ligarlo al pasado o al futuro.
Solamente a partir de 1936 la ciencia médica occidental se apercibió del mecanismo por el cual las emociones generan las enfermedades o la salud. La milenaria ciencia yoguica explica la interacción psicosomática de manera más completa mediante el duplo etérico como un intermediario entre el cuerpo físico y la mente. Es en el duplo etérico o cuerpo pránico donde tiene origen la enfermedad o la salud, la juventud o la decrepitud. El buen o el mal estado de la anatomía y la fisiología del cuerpo material son apenas reflejos de la anatomía y de la fisiología sutiles que a su turno precisa y sensiblemente obedecen al pensamiento y a las emociones.

El Yoga, mediante pranayama, mudras, kriyas, asanas, bandhas y meditaciones, retira de la naturaleza la “fuerza vital” (prana) almacenada en los misteriosos acumuladores que son los chakras, purifica los nadis, equilibra las dos fuerzas (Ha y Tha) y asi, hace el duplo etérico vibrar armónica y eficazmente y consecuentemente al cuerpo físico.

Salud y juventud no son los fines del Hatha Yoga, no obstante donan su milagrosamente salud y juventud. El cuerpo sano es solamente un medio de progresar espiritualmente. Ser fuerte, puro, tranquilo, son apenas condiciones con que el aspirante puede caminar haica la divinidad.

Forma parte de la doctrina yogui el desapego a esta existencia material, que, siendo efímera, no es nada más que una fase de la cadena de existencia que un día terminará con la liberación total. El yoga también enseña el desapego a la vida.

Fuente: "Autoperfección por Hatha Yoga" - Hermógenes - Gentileza de Patricia Aballay, Conciencia Yoga.

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