martes, 28 de julio de 2015

RESPIRACIÓN, PRANAYAMA y VINYASA KRAMA part 1 - T.K.V. Desikachar

La respiración
La inhalación y la exhalación se puede enfatizar de muchas maneras en la práctica de āsana. Podemos dividir la respiración en cuatro partes:
  • La inhalación
  • La exhalación
  • La retención después de la inhalación
  • La retención después de la exhalación
Para intensificar los efectos de la postura, usamos el retener la respiración en nuestra práctica de āsana. Supongamos que sentimos molestias por una pesadez en la región abdominal, y hemos decidido practicar sentados la flexión hacia delante, para sentirnos más ligeros. Podemos practicar el āsana en su forma más simple, esto es, dinámicamente, con un ritmo de respiración lento. O nos podemos inclinar hacia delante en la exhalación como se acostumbra, contrayendo el abdomen como siempre lo hacemos, pero en lugar de regresar al instante, podemos permanecer en esa postura y sostener la respiración por unos cuantos segundos, lo cual intensifica los efectos del āsana en la región abdominal. Por lo contrario, en ciertos āsanas , retener la respiración después de inhalar intensifica los efectos en la región pectoral. Como una regla de trabajo, los siguiente principios deben aplicarse en una práctica del yoga:
Poner énfasis en la inhalación larga y retener la respiración después de ésta, aumenta los efectos de la postura en el área pectoral.
Poner énfasis en la exhalación larga y retener la respiración después de ésta, aumenta los efectos de la postura en el área abdominal.
Las posturas de flexión hacia delante ayudan a retener la respiración después de exhalar, mientras que las posturas de flexión hacia atrás ayudan a retener la respiración después de inhalar.
A la práctica de alargar la exhalación o retener la respiración después de aquella se le llama langhana, en sánscrito y significa “ayunar” o “reducir.” Langhana apoya los procesos de eliminación y tiene un efecto limpiador en el cuerpo, al darle vida a los órganos, en especial a los de la región abdominal. Así, por ejemplo, si alguna persona tiene un problema en el área localizada abajo del diafragma, le sería de mucha ayuda hacer una práctica de langhana.
A la práctica de alargamiento de la inhalación o retener la respiración después de aquella se le llama bramhana, su mejor traducción es "expandir.” La práctica de bramhana tiene el efecto de dar energía y calentar el cuerpo. Un estudiante al que le falta energía debe incluir en su práctica un elemento de bṛmhaṇa. Se debe tener la habilidad de alargar la exhalación antes de introducir bramhana, de igual modo que demasiado fuego sin eliminación puede crear inquietantes patrones de energía. Para poder recibir lo que es nuevo (energía fresca), debemos eliminar primero lo que es viejo y que ya no nos beneficia.
Principios de langhana y bramhana aplicados a los āsanas: Por su naturaleza, la postura de guerrero o vīrabhadrāsana es un āsana que trabaja a la manera de un bramhana. Si se practica con una larga inhalación, quizá reteniendo después un poco la respiración, trabajará en forma más profunda en una dirección expansiva. Hacer flexiones hacia delante sentado es un āsana al que se le aplica de forma natural el principio del langhana. El efecto de un āsana se intensifica al hacer una exhalación deliberada y lenta, quizá reteniendo la respiración después.
Hay una regla muy importante que se debe seguir: si al retener la respiración se reduce la duración de su siguiente inhalación o exhalación, deténgase. Aún no está listo para esta práctica y sería mejor que trabajara en ella.
En cuanto al sistema circulatorio, la respiración nunca se debe de retener si hay un aumento repentino en el número de pulsaciones. Los latidos del corazón y la respiración dependen el uno del otro y si la respiración es deficiente, el pulso aumenta. Para esta regla también existen razones psicológicas: muchas personas se preocupan demasiado por su corazón y un aumento rápido en su pulso, podría causarles ansiedad. El principio guía es que retener la respiración nunca debe de causar ansiedad, sino que en su lugar, podríamos observar, en silencio, la calidad de nuestra respiración.
Sólo con un conocimiento y una comprensión apropiados, los principios de laṅghana y bṛmhaṇa pueden ser de gran utilidad. Nunca se deben aplicar sin tener el cuidado de tomar en consideración las circunstancias particulares. Se hablará de esto con más detalle cuando veamos prāṇāyāma.



Prāṇāyāma
El yoga recomienda dos formas posibles para lograr las cualidades de sukha (comodidad y ligereza) y de sthira (actitud alerta). El primero sirve para localizar nudos y resistencias en el cuerpo y liberarse de ellos. Esto sucede sólo poco a poco (krama), al usar el concepto de viṅyāsa krama - dar la debida atención a la preparación correcta y a las contraposturas apropiadas mientras practicamos. El medio que utilizamos para liberar las obstrucciones y resistencias no debe afectar al cuerpo negativamente. Debemos actuar con cautela. Si forzamos el cuerpo, podremos experimentar dolor u otras sensaciones desagradables y, con el tiempo, los problemas empeorarán en lugar de mejorar, el cuerpo sólo acepta un āsana gradualmente. Cuando actuamos con suavidad nos sentiremos ágiles y podemos respirar con facilidad en cualquier postura, de esta manera obtenemos un beneficio real.

El segundo medio posible para realizar el concepto de sthira sukha consiste en visualizar la postura perfecta. Para esto, usamos la imagen del cobra Ananta, el rey de las serpientes, lo vemos cargando todo el universo en su cabeza mientras que con su cuerpo de cola proporciona una cama al señor Viṣṇu. Ananta debe estar completamente relajado para que se pueda sentir cómodo el señor. Esta es la idea de sukha. Además, la serpiente no puede ser frágil ni débil; debe ser fuerte y firme para soportar el universo. Esa es la idea de sthira. Todas estas cualidades juntas, nos dan la imagen y la sensación de un perfecto āsana.

Existe una idea falsa generalizada de que los āsanas son solamente posturas de meditación. Si leemos el comentario de Vyasa en el Yoga Sūtra, veremos que la mayoría de los āsanas que menciona ahí son tan complicados, que ni con la mejor voluntad del mundo podríamos conseguir el estado de dhyāna en ellos. Podemos trabajar con estas posturas y experimentar cómo se sienten, pero no podemos quedarnos en ellas por mucho tiempo. Está claro que no todos los āsanas que ahí se mencionan son para meditar. Muchos de los āsanas con los que trabajamos y aquellos que se describen en varios libros de yoga, son de una clase muy diferente. Son benéficos porque nos dan la posibilidad de sentarnos derechos, de estar parados por mucho tiempo y alcanzar más fácilmente todas las exigencias que la vida diaria nos impone.

En el Yoga Sūtra hay otro concepto muy interesante sobre los efectos de los āsanas . Dice que cuando los dominamos podemos manejar los opuestos. Lo cual no quiere decir andar medio desnudos en un clima frío o usar ropa de lana cuando hace calor. Más bien, significa que seamos más sensatos y aprendamos a adaptarnos, porque conociendo mejor nuestro cuerpo, podremos escucharlo y saber cómo reacciona ante diferentes situaciones.

En el sentido práctico de la palabra, deberíamos poder permanecer parados con facilidad por unos minutos, de la misma forma que deberíamos permanecer sentados por un momento. Una de las ventajas de la práctica de āsana es que nos ayuda a acostumbrarnos a diferentes situaciones y a hacer frente a diversas exigencias. Por ejemplo, si queremos practicar prāṇāyāma, deberemos estar en la posibilidad de sentarnos erectos confortablemente por cierto tiempo. Durante la práctica de prāṇāyāma, los āsanas nos ayudan a enfocarnos en la respiración más que en el cuerpo, ya que si podemos sentarnos cómodamente y sin ningún esfuerzo, no habrá nada que distraiga nuestra concentración.


Fuente: "El corazón del Yoga" de T.K.V. Desikachar

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